Lo prometido es deuda: Esta mañana tuvimos un intercambio de impresiones respecto a la oportunidad de "perder" una tarde de domingo asistiendo a una obra de teatro. Ya os dije que un buen gourmet de la vida debe tener sensibilidad suficiente para paladear todo tipo de placeres, no solo los conocidos, también arriesgarse a la novedad (en este caso una representación teatral ¡en domingo!), pero.. ¿qué pensáis de quién, por no arriesgar se conforma con "lo de siempre"?. También es verdad que la sensibilidad se educa, por eso los profes nos empeñamos en arrastraros a exposiciones, teatros, monumentos...
Aunque yo, la verdad, pensaba que, a estas alturas, ya seríais capaces de apreciar lo placentero que pude resultar, también, ir al teatro. En fin... vosotros/as mismos/as.
Aquí os dejo el capítulo de los Simpson del que os hablé. Al final Marge da una explicación del sentido de nuestro trabajo, sufridos profesores y profesoras. De paso plantea un interesante dilema moral.
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