Hola, soy Sócrates y así me veían mis paisanos, era tan molesto e incordiante que me llamaron "el tábano" |
Así soy yo, en realidad, bueno... así me vio un escultor de mi ciudad, esta escultura se conserva en el museo del Louvre |
Blog de filosofía de Pilar
Hola, soy Sócrates y así me veían mis paisanos, era tan molesto e incordiante que me llamaron "el tábano" |
Así soy yo, en realidad, bueno... así me vio un escultor de mi ciudad, esta escultura se conserva en el museo del Louvre |
Aristóteles piensa que todo ser humano busca la felicidad, así que la Filosofía debe reflexionar acerca de qué es lo que hace feliz a cualquier ser humano, y llega a las siguientes conclusiones:
1- Una persona solo puede ser feliz si vive en una sociedad en la que tal cosa sea posible, es decir, que la ética y la política están indisolublemente unidas (también pensaban así Sócrates y Platón)
2- Esto es así porque el ser humano es un "animal político":
Y la razón por la que el hombre es un animal
político (zôon politikón) en mayor grado que cualquier abeja o cualquier animal
gragario es evidente. La naturaleza, en efecto, según decimos, no hace nada sin
un fin determinado; y el hombre es el único entre los animales que posee el don
del lenguaje. La simple voz, es verdad, puede indicar pena y placer y, por
tanto, la poseen también los demás animales -ya que su naturaleza se ha
desarrollado hasta el punto de tener sensacones de lo que es penoso o agradable
y de poder significar esto los unos a los otros-; pero el lenguaje tiene el fin
de indicar lo provechoso y lo nocivo y, por consiguiente, también lo justo y lo
injusto, ya que es particular propiedad del hombre, que lo distingue de los
demás animales, el ser el único que tiene la percepción del bien y del mal, de
lo justo y lo injusto y de las demás cualidades morales, y es la comunidad y
participación en estas cosas lo que hace una familia y una
ciudad-estado."
(Política, 1253a)
3- El problema estriba en determinar qué es lo que hace feliz a todo ser humano. La riqueza, la fama, el poder, el placer o los honores, no son mas que bienes externos. Es decir, no por poseer riquezas o por alcanzar el placer conseguimos la felicidad. Normalmente necesitamos algo más para serlo y en esto nos distinguimos de los animales.
4- Entonces la cuestión estriba en saber qué es lo que hace feliz a un ser humano, Aristóteles piensa que aquello que nos hace felices será también el máximo bien al que podemos aspirar. Por lo tanto la pregunta es: ¿Qué es lo bueno para todo ser humano?
5- Esta pregunta, de acuerdo con la concepción aristotélica del bien, solo tiene una respuesta: la actividad racional, ya que ésta es la forma de vida propia del ser humano.
6- Así que en su ética, Aristóteles nos propone el ejercicio continuado de la razón como modo de alcanzar la felicidad, lo que se refleja en su modo de entender la virtud:
La política aristotélica:
La virtud consiste en el hábito de reflexionar antes de actuar, para que nuestra acción sea siempre el término medio en relación a nuestras circunstancias.
Aristóteles criticará la teoría política de Platón, la
utopía de la República le parece demasiado alejada de la realidad, y la política
debe dirigirse a lo que hay, no a lo que nos gustaría que hubiera o a lo que
debería ser. Aristóteles en bastante más empírico y realista que su maestro.
El Estado no puede consistir en una unidad perfecta, ya que ésto conllevaría
su propia destrucción. Igual que en un organismo las partes que lo componen
están diferenciadas entre sí, el Estado es un todo que abarca multitud de
diferencias; y en ello consiste: en la regulación mediante leyes, de todas las
diferencias, de todas las voluntades.
Tampoco estaba de acuerdo con la teoría platónica que proponía abolir la
propiedad privada y que pretendía colectivizar las mujeres y los hijos: todo
ello conllevaría la destrucción de la recta moral y del propio Estado.
En la práctica, constituir un Estado sólo es posible si se le dota de un
sistema de gobierno, de un marco adecuado de leyes e instituciones que regulen
la convivencia y permitan la plena realización de la naturaleza humana y su fin
último que es la felicidad. La justicia es la virtud que asegura y
consolida el orden en la polis, armonizando equitativamente los
derechos y los deberes de todos los miembros de la comunidad. La postura
política aristotélica es "naturalista" : el Estado es algo natural. No es fruto
de un pacto o acuerdo entre hombres (contractualismo), sino que es consecuencia
de la propia naturaleza humana.
Fiel a su espíritu empirista, Aristóteles analizo las distintas formas de gobierno posibles en las distintas polis y llegó a la conclusión que, con independencia del tipo de gobierno, lo que determina la justicia en la polis es que el Estado busque el bien de todos los ciudadanos por encima del bien particular de las personas que ostentan el poder. De este modo clasificó las formas de gobierno en legítimas e ilegítimas según el siguiente esquema:
(haz clik sobre la imagen para ver el esquema completo)
La monarquía es la forma justa de gobierno de un sólo hombre.
La
aristocracia es el gobierno justo de unos pocos: "los mejores" o
aristoi.
La democracia es la forma justa del gobierno del
demos o pueblo.
Son tres formas justas porque miran el bien y el interés común. Cuando
estas tres formas se desvían de la justicia y se orientan al interés particular
degeneran respectivamente en las siguientes formas injustas de gobierno:
tiranía, oligarquía y demagogia.
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