El Marxismo es una doctrina filosófica y a la vez mucho más: una teoría política, una forma de análisis de la economía y de las relaciones sociales y una propuesta de cambio social revolucionario. Surge como consecuencia de las ideas del filósofo alemán Carlos Marx.
Marx vivió en los inicios del sistema capitalista industrial y tuvo la posibilidad de conocer las condiciones de explotación en las que se desarrollaba la existencia de los obreros en las fábricas inglesas de principios del siglo XIX. Trabajan hombres, mujeres y niños sin ningún tipo de derechos laborales y con unos salarios de miseria.
Marx fue tremendamente crítico con la situación política que permitía y sancionaba esta explotación (la democracia censitaria burguesa), y contra el sistema económico que lo fundamentaba (el Capitalismo)
Para Marx, el ser humano debe ser definido no como "homo sapiens" sino como "homo faber", es decir ser que trabaja y que se hace a sí mismo a través de su trabajo: el hombre proyecta su esencia en el producto de su trabajo.
Pero en una sociedad capitalista, al ser humano se le arrebata el producto de su trabajo, éste pasa a ser propiedad de otro, el patron, que es el propietario de los medios de producción: la tierra, la fábrica...
De este modo se produce la alienación o enajenación. El obrero no recibe, en su salario, el valor de su trabajo, sino solo una parte, la otra parte queda en manos del patrón en forma de plusvalía. Gracias a esta plusvalía, las clases privilegiadas, los poseedores de los medios de producción, van acumulando riqueza, mientras que las clases de los desposeidos, de aquellos que solo tienen su fuerza de trabajo para sobrevivir viven en condiciones cada vez mayores, de miseria.
Esta situación de alienación se mantiene gracias al poder de las creaciones culturales, que para Marx no son ideas, sino "idelogías", puesto que han sido diseñadas para convencer al pueblo de que la desigual distribución de la riqueza es algo "natural" y "justo". Para Marx la Religión, el Derecho y la Filosofía son "ideológicas" pues su función ha sido siempre justificar unas relaciones sociales de explotación del hombre por el hombre.
La alienación del ser humano provocada por esta explotación se ha expresado, a lo largo de la historia, por la división de la sociedad en clases:
Mundo grecorromano: patricio/esclavo
Europa medieval: siervo/señor feudal
Europa moderna: proletario/capitalista burgués.
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