Fiesta en Madrid tras el fin del estado de alarma (Telemadrid)
Los nuevos tiempos imponen el uso de otras herramientas digitales para trabajar en el aula, así que tengo un poquito abandonado mi viejo blog. Pero no quiero terminar el curso sin agradecer a Eugenia y Alicia y Juan que me vuelvan a traer aquí, para compartir con ellos y con el público en general un artículo que responde a sus reflexiones sobre lo que Kant pensaría de la situación actual.
Si lo que hemos estudiado en clase les ilumina en el análisis de sus experiencias, Kant y yo hemos logrado una hazaña importante, seguir dándole vida a la filosofía. Va por ellos.
(La traducción es mía, así que cualquier error es mi responsabilidad)
CORONAVIRUS: QUÉ PUEDE ENSEÑARNOS EL FILÓSOFO IMMANUEL KANT SOBRE LAS
COMPRAS COMPULSIVAS Y LA AVERSIÓN AL AISLAMIENTO.
La crisis del coronavirus nos ha
forzado a revisar nuestra conducta en un modo en que no estábamos acostumbrados
a hacer. Se nos demanda que seamos capaces de anteponer el interés colectivo
por encima de nuestros propios deseos y eso, aún para las personas más
bienintencionadas, es difícil.
Es también un problema para
nuestros gobernantes, que necesitan que sigamos sus recomendaciones, por ejemplo, comprando solo lo necesario.
Podrían imponérnoslo a través de la vigilancia y la sanción, pero algunos
gobiernos, como el de Reino Unido, prefieren apelar a nuestro sentido del deber
y nuestra moralidad, para que actuemos pensando en el interés general de la
sociedad y hagamos lo correcto. La idea
clave es que es mejor que nosotros mismos nos autorregulemos , en lugar de
obedecer por miedo a las sanciones. Esta estrategia, a juzgar por los resultados,
está teniendo un éxito desigual.
Sin embargo, el tipo de
racionalidad que se defiende es precisamente esta, la que introdujo por primera
vez en la historia del pensamiento, el
filósofo del siglo XVIII Immanuel Kant. A Kant no le interesa si lo que hacemos
tiene buenas o malas consecuencias, tampoco si con nuestra conducta mostramos
mayor o menor fortaleza de carácter, Kant nos anima a actuar racionalmente, a
ser razonables, únicamente en aras de la propia racionalidad. Esto quiere decir
que no debemos hacer aquello que no tendría sentido que todo el mundo hiciera.
Subyace la idea de que actuar de un modo irracional, impulsando a otros seres
racionales a ser irracionales, es una afrenta a la dignidad del ser humano.
Un claro ejemplo de esta
propuesta es el examen de lo que ocurre si hacemos compras compulsivas,
dejándonos llevar por el pánico. Comprar más de lo que necesito no es una
actuación racional, ya que solo podría hacer lo mismo que yo una pequeña
fracción de la población. Sin embargo, si todos compramos solo lo que necesitamos, seguramente todos
podremos adquirir lo necesario.
El problema es, según vio Kant,
que cuando se trata de la autoconservación, tenemos una inclinación innata a
pensar solo en nosotros mismos. Por ejemplo, sé que comprar más de lo
necesario puede hacer que no encuentre
pan, si todo el mundo hace como yo. Así que, si encuentro pan en algún momento,
compraré más de lo que me hace falta porque no sé si habrá escasez la próxima
vez que lo busque. Realmente, no estamos muy inclinados a poner nuestras
necesidades y las de nuestra familia por debajo de las necesidades de la
comunidad.
En el fondo, la razón de esta
resistencia a considerar el bien general por encima del beneficio individual
reside en que vivimos en sociedades en las que se inculca a la población un
sentido del individualismo y una fe ingenua en la libertad personal, lo que
acaba provocando una profunda
desconfianza en poder del estado. En
resumen, hay una promoción social de los ideales del libre mercado y de las
virtudes espíritu empresarial (inteligencia, agilidad y autoconservación)
que tienen como consecuencia última, que busque pan y atesore todo lo que
pueda, antes de que otro lo haga y me
deje sin existencias.
Solo en una sociedad donde se
promueva una sentido colectivo de lo que es razonable, se podrá luchar eficazmente contra la
pandemia. Aquellos que elogian la libertad individual y nos
animan a buscar únicamente el beneficio propio, en realidad nos están incitando
a pensar en soluciones individuales para
los problemas incluso en contextos como el actual. Este tipo de planteamientos
contradicen la propuesta kantiana de actuar moralmente de acuerdo con la razón
común. De este modo, seguramente los
gobiernos se verán obligados a recurrir
al poder coercitivo y a la sanción en numerosas ocasiones, antes de que termine
esta crisis.
Adaptado de:
The Conversation: Coronavirus:
what philosopher Immanuel Kant can teach us about panic buying and
isolation dodging
By Matthew Barnard, Lecturer, Manchester
Metropolitan University
Date of publishing: 26 March 2020
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