¡Fíjate!, un humano viejuno se parece más a un chimpacé jovencito que a uno viejuno. Cosas de la neotenia. |
¿Alguna vez te has preguntado por qué nos gustan tanto los bebés, los peluches y los personajes de anime con esos ojos grandootes?, ¿por qué nos resultan tan tiernos los gatitos y los perritos pugs?. Esta entrada te ayudará a entenderlo: Resulta que hemos sido diseñados genéticamente, a través del proceso evolutivo, para adorar las formas redonditas, los ojos grandes, y la boquita pequeña. Eso es justo lo que nos enamora en un pringoso y lloriqueante bebé humano, se trata de una atracción irresistible que impulsa a papá y mamá a cuidarlo abnegadamente hasta que se convierte en un adolescente refunfuñón e introvertido. Y más allá.
Hoy vamos a dedicar nuestra segunda sesión de filosofía en el confinamiento a estudiar el proceso de selección natural que nos convirtió en lo que somos y en el que la "neotenia" tiene un papel muy importante. Resulta que nacemos a "medio hacer", absolutamente vulnerables e incapaces de valernos por nosotros mismos. Por eso necesitamos a una comunidad humana altruista y abnegada, que nos cuide y nos mime. Resulta que el truco evolutivo para la supervivencia de nuestra especie es, y ha sido siempre la cooperación.
Para ayudaros a entender este tema os recomiendo que veáis estos dos vídeos, del primero podéis prescindir del primer friki-minuto.
Este segundo pertenece al canal Unboxing Philosophy, que me encanta, completa y resume el anterior. Además detalla la diferencia entre "Proceso de hominización" y "proceso de humanización", que es el tema que nos ocupa.
Y si queréis saber algo más del maravilloso truco evolutivo de la neotenia, podéis consultar también este enlace.
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